Clarita y yo

Hoy desperté, hacía frío, era temprano en la mañana. Y ahí estaba yo, tomando café con leche y pan multigrano con jamón de pavo. El diario y nada más. Estaba lo suficientemente abrigada para que fuera todo perfecto. Miraba hacia fuera, se notaba el frío en los árboles, nubes amenazantes rodeaban los cerros, no volaba ni un solo pajarito. Y entonces, la vi. Ahí estaba, compartiendo esa fría mañana de delicioso desayuno conmigo. Ella y yo. Solas. Cuales cómplices o amigas. Yo, de pelo largo, castaño claro (algún día diré rubio) 1.60 (casi) 2 pies pequeños, 2 manos hábiles y una larga hoja de antecedentes criminales contra toda clase de insectos. Ella, de 1cm (casi), cortos y delgados pelos negros, 8 largas patas, sin manos! y un largo prontuario por cuasi delito de homicidio contra humanos. Se deslizaba por la cortina como dueña del lugar.

Y sucedió. Era la guerra. O ella o yo. Con mis 2 pies fui rápidamente a buscar mi arma, esperanzada de que ella, Clarita (disculpen la ironía de su nombre) no se moviera ni un solo milímetro. Cuando volví, pase a segundo plano. Esta guerra era sólo entre el maravilloso Raid y la pobre Clarita que claramente, valga la redundancia, no sospechaba nada. El Raid se acerca, se acerca aún más, un poco más…y…No!! Clarita lo descubre todo y comienza a caminar, me atrevería a decir correr!! Horror! Con sus veloces 8 patas!! El Raid la sigue y la persigue!, ella se pierde entre los pliegues de la cortina!! y vuelve a aparecer! Cuando de pronto, aja! Están frente a frente, y cuando ella menos lo espera, ttssssssss!!!!! Tssssssss!!!! Raid expulsa su maravillosa solución en spray sobre todo su pequeño y aborrecible cuerpo!

Clarita cae al suelo. Raid es dejado de lado y vuelvo yo a mirar la escena. Sentí pena. Ahí estaba Clarita, debilitada, encogida y retorcida en el suelo con una aureola blanca alrededor. Me acerqué más. Todavía se movía, lentamente, luchando contra lo inevitable. Me invadió una sensación curiosa, quería que muriera, era un riesgo para mi y mi familia, pero a la vez ella no tenia intenciones, estaba inscrito en su naturaleza. Simplemente miré mientras estos pensamientos me inundaban, no sabía si pisarla y poner fin a su sufrimiento o seguir hipnotizada viendo como moría bajo las garras del imponente Raid. Parece que decidí hipnotizarme porque derepente mientras seguía pensando esto, Clarita ya había dejado de moverse. Si, había muerto.

En ese mismo segundo todos mis sentimientos de culpa desaparecieron, más decidí relatar la historia, para que todos supieran que existió Clarita, una horrenda araña que vivía en mi comedor. Y por si no quedo claro y para evitar demandas de grupos ambientalistas, yo no tuve nada que ver con su muerte. Fue el Raid.

5 Respuestas a “Clarita y yo

  1. No se porque, pero hasta que no dijiste araña, siempre imagine una cuncuna de 8 patas

  2. vaya gente torpe que visita este bolg…

  3. Lo que no sabes, es que Clarita dejó huevos en tu casa.

    ¡¡¡Y ACABAMOS DE NACER!!!

    MUAHAHAHAHA!!!!

  4. Bonito ‘bolg’. Qué anónimo?

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